Para hacer nuestras roscas artesanas el primer paso es mezclar todos los ingredientes en la amasadora. Para las roscas utilizamos muchos huevos (no solemos necesitar echar agua), la cantidad adecuada de manteca de vaca de buena calidad, azúcar y harina. Y un chorrito de anís que no falte.
Aquí vemos el comienzo del amasado en nuestra amasadora de brazos. En este punto ya empezamos a disfrutar de la mezcla de olores que sale de la amasadora, mucho más fuertes que cuando hacemos pan.
Cuando la masa de las roscas está lista la quitamos de la amasadora y la dejamos hacer una primera fermentación durante varias horas.
Una vez la masa está fermentada pesamos las piezas que necesitamos en la balanza de platos. Mayoritariamente para hacer roscas de medio kilo, y de un kilo. Y alguna de dos kilos.
Boleamos las piezas a mano con mucho cuidado y las dejamos reposar.
Y ahora, con esa maña que se adquiere con la práctica y la experiencia, vamos formando a mano las roscas redondas …
y formamos también las trenzas de rosca.
Se entablan las roscas, se dejan fermentar por segunda vez, se pintan con huevo y se decoran con azúcar y frutas confitadas.
Y ya podemos cocer las roscas …
Finalmente decidimos qué rosca nos quedamos nosotros, ya que los aromas de las roscas al salir del horno hacen que sea imposible resistirse a comer una.